– Cepillar los dientes a diario: el proceso debería durar entre 2 y 3 minutos y realizarse al menos tres veces al día para eliminar tanto los restos de comida como la placa dental bacteriana.
– Tener un cepillo adecuado: el tamaño del cabezal no debería de ser muy grande, los filamentos que sean medios o suaves y para mantenerlo debe cambiarse aproximadamente cada 2-4 meses en función del desgaste.
– Usar seda o cinta dental para limpiar los espacios entre los dientes.
– Realizar enjuagues bucales con productos de uso diario o específicos en función de las necesidades de cada uno.
– La boca no es sólo dientes: para la limpieza lingual se deben realizar movimientos desde atrás hacia delante para arrastrar los residuos, aunque existen limpiadores especiales.
– Controlar el consumo de alimentos azucarados en la medida de lo posible e intentar cepillarse después.
– Acudir regularmente al dentista: Se recomienda visitar al dentista 1 o 2 veces al año para realizar una revisión de la boca por lo menos y una limpieza profesional.
Esperamos que os sean de utilidad. Si necesitáis una consulta en nuestra web tenéis toda la información de contacto que podáis necesitar.